sábado, 12 de febrero de 2011

5ª parte [Especial fin de año] by Bianchi [Todos con todos]

Y aquí el finaaal!! Siento haber tardado tanto, de verdad n_n. Sé que es de fin de año y estamos en febrero jajaja ^^. Gomeenn!!

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En uno de los pasillos de la parte trasera del local, Coronello ha encontrado a Reborn y a Lambo y se dispone a ayudar al primero. Por el camino encuentran una habitación que les vendrá bien para que nadie que pudiese pasar por el pasillo les viese. Una vez hubieron entrado, Reborn se quitó la americana y Coronello la chaqueta. Lambo los miraba, asustado, prisionero de las cuerdas de Reborn.

-¿Qué… Qué vais a hacer? –preguntó.

Ellos no respondieron, se miraron mutuamente con una sonrisa de complicidad mientras se acercaban al chico, Coronello quedándose delante y Reborn detrás. El último le bajó los pantalones a Lambo y Coronello terminó de quitárselos. El rubio abrió la camisa de Lambo y comenzó a lamerle los pezones, dando de vez en cuando pequeños mordiscos que hacían gemir a la vaca. Reborn entre tanto se bajaba los pantalones y buscaba con su miembro la entrada a Lambo. Éste quería resistirse, pero lo tenía imposible. Reborn comenzó a embestirle con firmeza y él no tuvo otra opción que dejarse mientras Coronello le acariciaba su glande.

-Mal… Maldito… Reborn… -musitó Lambo como pudo.

Mientras tanto, en la despensa, Dino ya ha llegado y se había encontrado a Hibari temblando de agotamiento tratando de subirse los pantalones. Al principio le chocó un poco la imagen, pero luego sonrió y se desabrochó el cinturón con una mirada de perversión hacia Hibari.

-No hace falta que te los subas, Kyoya  -le susurró Dino, colocándose tras él sujetándole las manos mientras lo ponía cara la pared-. Decías que me echabas de menos, ¿no? Pues bien, te compensaré por todo ahora mismo…

-… -Hibari no sabía cómo reaccionar, además estaba aún exhausto y apenas podía moverse, pues Dino lo aprisionaba contra la pared.

-No te preocupes… Lo haré con delicadeza –le prometió Dino.

Primero le metió dos dedos, luego tres, y luego procedió a meter su glande dentro de él con suavidad para que le doliese lo menos posible. Mientras hacía esto, le daba besos al cuello y a la nuca, haciendo que Hibari se sintiese más querido que cuando había estado con Yamamoto minutos antes. Dino lo embistió suavemente, no como había hecho con Gokudera y Tsuna. Lo hizo suavemente y despacio todo el rato para que su querido Kyoya disfrutase con él.  El sentimiento que había entre ambos hizo que aquello fuese más mágico. Continuaron un rato más hasta que ambos se vinieron juntos. Una vez hubieron descansado, Dino le dijo que era casi medianoche, que debían volver.

-No me gustan las multitudes –respondió Hibari.

-Ya, ya… -respondió Dino con dulzura-. Podemos celebrar el fin de año aquí, si quieres, tengo reloj.

Hibari cerró los ojos y se encogió de hombros.

-Me parece bien…

Cuando Ryohei y Xanxus vuelven al interior, los ojos del jefe de los Varia se posan en Tsuna, que acaba de salir de la ilusión de Mukuro. El Vongola le devuelve la mirada y sabe qué es lo que quiere. Ryohei ya había pagado por su culpa, esta vez iría él para que ninguno de sus amigos cayese en sus garras. Xanxus sonrió al ver que Tsuna se acercaba sin rechistar.

-Veo que has sido listo… -dijo.

-Mientras no toques a ningún Vongola más… Haré lo que sea.

-Entonces perfecto.

Salieron otra vez a la limusina Varia, donde tendrían más intimidad. Tsuna de camino se fue quitando la sudadera, para alegría de la vista de Xanxus.

-Carne fresca –dijo.

Cerró la puerta de la limusina tras él y pasó a la acción enseguida. Sin detenerse un segundo le bajó los pantalones y le introdujo dos dedos mientras que con la otra mano se desabrochaba sus pantalones. Xanxus no se andaba con rodeos, en cuanto se hubo deshecho de sus pantalones le introdujo su miembro a Tsuna y lo embistió con fuerza como lo había hecho con Ryohei. Al parecer le tenía muchas ganas a Tsuna, quien no cesaba de gemir y gritar, ya que Xanxus tenía mucha fuerza sobre él. Aun con todo, aquello le gustaba en cierto modo. Había probado de todo aquella noche. Sin embargo, no duró mucho más, y Xanxus le hizo venirse varias veces antes de que él lo lograse.  Ni siquiera se miraron cuando salieron de la limusina para volver, ya que era casi medianoche.

Tsuna vio a Ryohei sentado en una silla, pensativo, y se sentó a su lado, lamentándose por que hubiese tenido que pasar aquel mal trago.

Cuando Yamamoto y Gokudera hubieron terminado respectivamente con sus parejas, se encontraron en el patio, ya que Gokudera había salido a fumar un cigarro y Yamamoto se había quedado allí con sus pensamientos. A pesar del frío, Gokudera se sentó contra la pared. Yamamoto se sentó a su lado y rodeó sus hombros con el brazo.

-Ha sido una larga noche, ¿verdad? –le dijo con su optimismo de siempre.

-Demasiado larga –respondió Gokudera.

-No deberías fumar…

-¿Y eso a ti qué te importa?

-Me importas tú, Gokudera.

Poco después, Gokudera apagó el cigarrillo y se recostó en Yamamoto, mirando al cielo. Faltaban apenas unos segundos para medianoche, en el interior se  escuchaban exclamaciones de júbilo y celebración, pero era allí donde ambos querían estar, fuera, tranquilos, solos, con la persona que era más importante para ellos respectivamente. Se escucharon las campanadas que daban la señal del inicio de un nuevo año.

-¿Estarás este año a mi lado, Gokudera?

-Sabes de sobra que sí –respondió el otro con su habitual parsimonia.

-Me alegro entonces.

Yamamoto tomó la barbilla de Gokudera y lo besó con ternura bajo un cielo inundado de fuegos artificiales.

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