sábado, 20 de agosto de 2011

miércoles, 3 de agosto de 2011

[Escondite] by Nagi [Tsuna x Enma]

Con un suspiro Tsuna arrastró la bici hacia la calle. Por alguna extraña razón, Reborn le había dado la tarde libre aunque no sabía si alegrarse de poder pasar la tarde con Enma, puesto que a lo peor encontraba a alguien por el camino y le entretenían impidiendole llegar a la cita. Con toda la precaución de alguien que guarda un gran no-tan-secreto se subió a la bici y comenzó a recorrer las calles de aquel pueblo que le había visto nacer, crecer y enamorarse dos veces.

Intentando pasar desapercibido llegó al parque donde había quedado con Enma. Se preocupó un poco al no verle, pues el primero siempre solía ser el pelirrojo, pero esperó pacientemente. Poco después vió aparecer a su ojos tristes con la bici y se acercó a él con una amplia sonrisa.

-Hoy nadie nos molestará, al menos nadie de nuestras famiglias -aseguró convencido Enma mientras subían a las bicis y se encaminaban al templo del pueblo.

-¿Cómo puedes estar tan seguro? -preguntó contrariado Tsuna.

-Porque he apuntado a Sasagawa y a Koyo a un torneo de boxeo, le he dicho a Shitt-p que Gokudera ha vuelto de Italia, Rauji está con los niños en el parque de atracciones, Kaoru y Yamamoto en un partido importante de béisbol, he organizado una cita a Julie con Adheleid que acabará con mi vida y tengo previsto que Mukuro y Hibari se encuentren en breve y como Dokuro nunca se presenta allí a pesar de ser la única persona, a parte de nosotros dos, que conoce el lugar, no nos presenta ningún problema.

-Vaya lo tienes todo controlado.

Cuando llegaron al templo se internaron en el pequeño bosquecillo que había detras y llegaron a una cavidad entre las rocas. Ese era el lugar mas seguro que habían encontrado para estar a solas aunque todo el mundo sabía que estaban saliendo. Ese lugar solo era conocido por Chrome que fue la que proporcionó el escondite a los dos décimos al ver que tenían serios problemas para tener citas en condiciones. Había descubierto hacía tiempo la cueva y la había ocultado con sus ilusiones para que solo Enma y Tsuna pudiesen encontrarla. No obstante ella no conocía ni una cuarta parte de todo lo que los dos chicos conocían de la cueva.

Dejaron las bicis en la entrada de la cueva y dandose la mano comenzaron a adentrarse en la galería que había delante de ellos. Antes de ir a su sala, fueron a una que habían habilitado como un almacen de comida, pues tenian esas galerías como posible refugio Vongola-Simon, aunque nunca dejarían entrar a nadie en su sala. Cogieron comida y bebida y bajaron un largo trecho hasta encontrar una pequeña grieta que se habría en la pared.Era lo suficientemente grande como para que cupiera una persona y por ella entraron los dos, uno detras de otro.

Ante ellos se abría una sala de una hermosura casi escalofriante. Los reflejos del sol en los cristales naturales de la cueva se reflejaban en el techo provocando una replica bastante acertada de la vía lactea. Dejando de lado los alimentos que habían llevado y se dejaron arrastrar por la pasión, el deseo, la ternura, el amor que sentían. Al acabar de fundirse en un solo ser se dieron la mano contemplando las falsas estrellas que relucían en el techo, pensando en lo pequeños que eran comparado con el resto del universo, pensando si su amor podría compararse con alguna de las estrellas verdaderas que relucían en el cielo. No sabrían decir cuanto tiempo pasaron en esa sala pero estaban seguros de que nadie les había echado de menos pues su máximo de tiempo había sido un dia entero. Todos estaban enterados de que había dias en los que Tsuna y Enma desaparecían por horas, pero sabían que estaban juntos y que no había quien derrotase a aquella pareja mientras estuviesen unidos.

martes, 2 de agosto de 2011

Enma y Tsuna

[Las dos mitades] by Iqus-sama [TsunaxEnma]

PUEDE CONTENER SPOILERS!!

Tsuna siguió corriendo a lo largo de la calle. Llegaba tarde a clase, para variar. Debía darse prisa, no podía  permitirse un retraso más. Dobló la esquina y ¡ouch! Había chocado contra algo, bueno más bien alguien. Tsuna se frotó la cabeza. Después se dio cuenta de que había chocado contra Enma, su nuevo amigo.

-E-Enma... -dijo Tsuna-. ¿Qué haces viniendo hacia aquí? La escuela está por el otro...

-¡Tsuna! ¡Corre! -gritó Enma, poniéndose en pie pronto.

Cogió de la mano a Tsuna, quien acababa de levantarse aparatosamente, y salieron corriendo en dirección contraria a la escuela. Pronto el jefe Vongola comprendió por qué. Un enorme perro llevaba persiguiendo a Enma desde hacía un par de calles, así que Tsuna se vio envuelto en aquella persecución sin quererlo. Él y Enma continuaron corriendo para huir del perro, que parecía no cansarse nunca. Cuando al fin parecía que habían logrado darle esquinazo, estaban ya muy lejos de la escuela, y definitivamente llegaban tarde. Estaban cerca del santuario de Namimori cuando se detuvieron para recuperar el aliento.

-Desde luego... Parece que... Nuestra suerte no... Cambiará nunca... ¿Eh? -dijo Enma dirigiéndole una sonrisa.

-Eso parece... -respondió el Vongola-. Deberíamos ponernos en camino.

-Sí, tienes razón.

Ambos se pusieron nuevamente en camino hacia la escuela. Al principio ninguno de los dos sabía muy bien qué decir, pero finalmente fue Enma quien sacó el tema.

-Tsuna-kun...

-¿Sí?

-Gracias por habernos sacado de nuestro error -dijo Enma mirando al suelo mientras caminaba-. Aun con todo lo que hicimos... Tú seguiste creyendo en nosotros... En mí.

Tsuna lo miró, comprensivo, y le dedicó una sonrisa. Puso la mano en su hombro en señal de amistad.

-No es culpa vuestra que Daemon os engañase -respondió-. Además, tú y yo somos amigos... No iba a dejar tirados a las personas que me son importantes.

Enma también sonrió. Después de la dura pelea contra Daemon él y Tsuna, al igual que sus respectivas familias, habían estrechado más sus lazos y habían encontrado un gran amigo y aliado el uno en el otro. Ahora que las cosas al fin iban bien, Enma y Tsuna estaban realmente unidos.

-De todos modos, Tsuna-kun... Gracias.

Tsuna sonrió. Pasó el brazo por los hombros de Enma y quedaron muy juntos. El pelirrojo se sonrojó un poco, pero Tsuna parecía realmente feliz de estar así. Caminaron de esta forma durante un rato, charlando animadamente hasta que llegaron a la escuela. Una vez en la puerta se miraron nuevamente. Tsuna advirtió que los ojos de Enma brillaban de forma diferente.

-Entremos cuando tú quieras -le dijo con una sonrisa.

-Bien, porque hay algo que quería hacer antes -respondió el otro.

Enma agarró el cuello de la camisa de Tsuna, acercándolo a él, y le besó. Quedaron unidos unos instantes por aquel beso. Tsuna atrajo más a Enma hacia sí, disfrutando de aquel momento más que ningún otro en toda su vida. Las dos familias habían quedado más que unidas por sus líderes. Tsuna y Enma existían el uno para el otro, se completaban mutuamente, eran dos idénticas gotas de agua que seguirían un mismo destino.

Cuando finalmente se separaron se miraron a los ojos y sonrieron. Nadie volvería a separar a ambas familias, a ellos dos, porque ellos estaban más que unidos, porque los dos juntos eran fuertes, porque protegerían lo que amaban con toda su alma. Se cogieron de la mano, dispuestos a afrontar lo que les quedaba de día juntos, unidos. Para siempre.